Técnica del «boli verde» para alumnos con TDAH
Fuente: https://www.fundacioncadah.org
Una de las grandes dificultades a las que se enfrentan los niños con TDAH es a la ausencia de motivación frente a numerosas tareas que se les presentan día a día.
La motivación, tal como señala Aller (2013) es el motor que impulsa, en este caso, a los niños con TDAH a lograr determinados objetivos o tareas que se han propuesto o simplemente deben realizar. Lo que les ocurre, de manera generalizada pero no a todos los niños, es que tareas que para ellos no sean motivadoras sino poco apetecibles, lo que les causa es una desgana generalizada que les impide ver más allá del momento actual y, por lo tanto, los objetivos que podrían alcanzar.
Esta motivación, cabe señalar, se encuentra íntimamente ligada a la autoestima, dado que en muchas ocasiones tanto los logros como la ausencia de ellos, influye sobremanera en la forma en que se enfrentan al estudio los niños con TDAH.
Es cierto que la forma en que los niños experimenten su proceso de aprendizaje, les va a marcar de una manera u otra y les va influir en las motivaciones que hacia él tienen pero, ¿es beneficioso centrarnos más en los aciertos que en los errores para aumentar esta motivación? Mi respuesta profesional a día de hoy sería que no.
Esta puede ser una pregunta que tanto profesores como padres se realicen a menudo, y para la que hoy tenemos algunas observaciones.
Es indiscutible que la motivación es imprescindible para los alumnos con TDAH, ya que del nivel de esta va a depender en gran medida la manera en que los niños se enfrenten a sus dificultades académicas, de ahí la relevancia que ha tenido la técnica del bolígrafo verde.
No podemos perder de vista la importancia que adquieren igualmente los errores en el aprendizaje de los niños con TDAH, principalmente, la repercusión que tiene en la tolerancia a la frustración.
Los niños con TDAH tienen dificultades en la inhibición y regulación de sus propias emociones, presentando a menudo una gran labilidad emocional y, por ende, una baja tolerancia a la frustración.
En esta ocasión queremos hacer referencia a una técnica de la que se ha hablado mucho recientemente, la técnica del bolígrafo verde. Pero también queremos ir más allá, y referir nuestras propias observaciones y su posible adaptación.
Por ello, nuestra propuesta sería que sí es positivo señalar en verde aciertos que presenten los niños en sus actividades, de cara a aumentar los niveles de motivación a través del refuerzo positivo del trabajo bien hecho pero sin perder de vista la corrección de errores (boli rojo) debido a que si solo reforzamos conductas positivas en el plano académico (boli verde) pero obviamos los errores (boli rojo) van a seguir produciéndose si no llevamos a cabo corrección sobre ellos.
Resaltar los aciertos durante el proceso de aprendizaje de la lectoescritura puede ser muy beneficioso, de cara a poder identificar sus aciertos y tener una visión positiva de su aprendizaje, pero creemos recomendable combinarla con la toma de conciencia también de los errores.
¿Por qué? Pues porque en determinados niveles educativos es necesario que los niños adquieran conciencia de los aspectos en los que presentan fallos o simplemente necesitan reforzar, de cara a centrar esfuerzos en estos apartados.
Por ello, por ejemplo, en redacciones o dictados podemos resaltar en verde los aciertos, palabras o enunciados correctos y bien estructurados, pero sin perder de vista los errores, que también habrá que resaltarlos. Por un lado, reforzamos al niño en aquellos aspectos en los que ha presentado una buena ejecución, y le centramos en los errores para que mejore sobre ellos.
En el plano lógico matemático también podríamos emplearlo, por ejemplo, en los enunciados de problemas matemáticos. Si un niño ha resuelto acertadamente un problema, podemos señalar en verde la información del enunciado que le ha motivado a realizar una determinada operación para su resolución. En cambio, si no ha sido bien ejecutado, podemos señalar en rojo esa información del texto que arroja luz al niño sobre la operación que debiera haber realizado.
Indudablemente, cada niño aprende de una manera muy personal, por lo que adaptar a cada caso individual estas pautas de aprendizaje nos resultará beneficioso para adaptarnos lo máximo posible a las individualidades académicas de cada alumno.
Rocío Meca Martínez,
Especialista en Pedagogía Terapéutica de Fundación CADAH (2015).
BIBLIOGRAFÍA
Aller, Mª Mar (2013). Familia y TDAH. En Martínez, Mª. A. y cols., Todo sobre el TDAH. Guía para la vida diaria. Avances y mejoras como labor de equipo (pp. 173-203). Tarragona: Editorial Altaria.
Patricia dice
Gracias por enviarme esta informocion muy interesante