LA CAJA DE LA RABIA: UNA TÉCNICA EFICAZ PARA CONTROLAR LAS RABIETAS DE TUS HIJOS
Las rabietas:
Las rabietas infantiles son reacciones emocionales exageradas que ocurren en los niños cuando no pueden conseguir lo que quieren o cuando se sienten frustrados, cansados o hambrientos. Las rabietas suelen ser más comunes en niños pequeños, especialmente en edades entre 1 y 3 años, aunque también pueden ocurrir en niños mayores. Durante una rabieta, el niño puede llorar, patalear, gritar, golpear objetos o personas, y puede ser difícil para los padres o cuidadores tranquilizarlos. Las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil y pueden ser una forma de expresar la frustración o la impotencia del niño ante situaciones que no puede controlar. Sin embargo, es importante que los padres aprendan a manejar adecuadamente estas situaciones, para evitar que los niños adopten comportamientos inapropiados o peligrosos.
¿Porqué los niños tienen rabietas?
Los niños pueden tener rabietas por diversas razones, ya que son una forma normal de expresar sus emociones y sentimientos en momentos de frustración, estrés o dificultades para comunicarse. Algunas de las causas más comunes pueden ser la incapacidad para conseguir lo que desean, sentirse cansados o hambrientos, el aburrimiento, la falta de atención o el cambio de rutinas. Además, los niños pequeños todavía están desarrollando habilidades sociales y emocionales, por lo que pueden tener dificultades para regular sus emociones y comportamientos en situaciones que consideran estresantes o desafiantes. Es importante recordar que las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil y que, con el tiempo, los niños aprenden a manejarlas y expresarse de una manera más efectiva y apropiada.
La caja de la rabia:
Para un niño o una niña , la rabia es como un monstruo que se apodera de todo de encuentra a su paso, un monstruo incontrolable y muy dañino. ¿Cómo hacer para que un niño sea capaz de enfrentarse a este gran monstruo? La psicóloga Marina Martín creó un juego que ayuda a los más pequeños a canalizar su ira: ‘La caja de la rabia’
La ‘Caja de la rabia’ sirve para que el niño aprenda a controlar su momento de enfado y consiga tranquilizarse antes de actuar de forma incontrolada. ¿Quieres saber cómo se juega?
1. El cuento: Primero debes contarle la historia de Roberto (o el nombre que prefieras), un niño que un día tuvo un mal día en el colegio, y también en casa, porque no conseguía lo que deseaba y todo le salía al revés… Roberto tiene tan mal día, que al llegar la noche estalla en pataletas y llantos incontrolados. En ese momento, al sentir Roberto tanta rabia, un enorme monstruo salió de él y comenzó a romper todo lo que encontraba a su paso. Roberto, al ver el destrozo que ‘su monstruo’ había ocasionado, intentó reparar todo, y a la vez que arreglaba lo que el monstruo había roto, el monstruo se hacía más y más pequeño, hasta desaparecer. Esta historia, por cierto, está basada en un famoso cuento: ‘Vaya rabieta’, de la escritora Mireille d’Allancé.
2. El dibujo: Di a tu hijo que cada vez que sienta mucho enfado, como Roberto, debe hacer un dibujo de la rabia que siente, que haga un garabato del color que desee… Para ello, ofrécele una hoja en blanco y lapiceros de colores. Y cuando haya terminado, le dices que le dibuje ojos, manos, pies… Hasta definir su particular monstruo de la rabia.
3. La caja: Busca una caja vacía (o un tarro) y encierra el dibujo en la caja. Explica al niño que el monstruo de la rabia ya no podrá salir.
Estrategias para minimizar las rabietas
- Ignorar: la ignorancia puede dar buenos resultados ante una rabieta, puesto que el niño sabe que si no tiene público que le observe, su efecto es nulo. Si el berrinche tiene lugar en el hogar, bastará con salir de la habitación donde esté el niño, no sin antes decirle que esa actitud es inadecuada y que volveremos cuando la finalice. Si está en un espacio público, se puede dar la espalda al pequeño para que se dé cuenta de que no consigue nada con la rabieta o moverle a otro lugar, en el caso de que moleste de forma significativa a las personas que le rodean.
- El poder de las palabras: razonar con un niño en medio de una rabieta es una misión imposible; es muy probable que no escuche nada de lo que le digan. Sin embargo, una vez que termine el berrinche, se debe hablar con el pequeño sobre lo ocurrido y enseñarle que las cosas se pueden solucionar por caminos diferentes al pataleo. Si la próxima vez el niño opta por el diálogo en vez de por la rabieta, es fundamental felicitarle por ello.
- Evitar situaciones peligrosas: los niños que abusan de las rabietas tienden a intensificarlas en determinadas situaciones, como cuando están cansados o tienen hambre. Los padres conocedores de esta circunstancia pueden evitarlas si al detectar estos síntomas en sus hijos les acuestan y les dejan descansar un rato o les dan de comer a la hora adecuada.
- Más vale prevenir: el conocimiento de las reacciones de sus hijos puede ayudar a los padres a prevenir las situaciones de rabietas. Si ya saben que ante una orden o negativa determinada el niño responderá con un berrinche, es aconsejable anticiparse e intentar razonar con ellos antes. Si acudirán a una tienda donde hay golosinas y saben que el niño pataleará si no se le compra todo lo que pide, antes de entrar, se puede «negociar» con el pequeño que tan solo se le comprará una golosina y que, en caso de rabieta, no obtendrá ninguna.
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